DZAMBHALA AMARILLO · EL BUDA DE LA PROSPERIDAD

EL ORIGEN DE LOS DZAMBHALAS

El origen de los Dzambhalas data del tiempo en que el buda caminaba en el plano terrenal. La leyenda narra que el Lama Atisha, un alto lama de la tradición Gelugpa, paseaba por un pueblo del Tibet, llamado Bodhgaya, cuando se encontró con un hombre que moría de hambre. El monje al no tener comida alguna, ni dinero para brindarle alimento decidió sacrificar parte de su brazo para nutrirlo, pero el mendigo se negó a recibir lo que el monje le ofrecía. El lama quedó muy confundido por la reacción del hombre hambriento. Ahora éste yacía en el suelo adolorido por su herida. Justo en ese momento apareció envuelto en una luz hermosa Bodhisattva Chenrezig; el buda de la compasión.

El buda observando la inmensa preocupación del Lama y presenciando su determinación, bondad y capacidad de ofrecerlo todo para curar las necesidades del más desvalido le entregó dones para que ayudara a solventar la profunda pobreza de la humanidad. Esas capacidades le fueron entregadas para que repartiera riqueza a aquellos que eran compasivos de corazón. El dzambhala entonces centro sus energías en solventar las necesidades físicas y espirituales de los hombres. Con el tiempo desarrollo cinco riquezas diferentes. Cada una de estas fortunas tomaría una proyección corporal diferente. Estas deidades son muy poderosas por ello para pedir su bendición es necesario tener conocimiento de las enseñanzas del budismo. Ellos solo responden a aquellos que tienen una conciencia pura. Para conseguir sus bendiciones es necesario recitar el mantra que cada uno posee y que se usa en sus respectivas meditaciones para alcanzar cada uno de sus dones. Los Dzambhalas poseen un vientre enorme que simboliza su excelente prosperidad, además cada uno lleva una mangosta que escupe oro, joyas, ornamentos o dones espirituales. Aquello que vomita la rata en sus manos es característico del tipo de riqueza que el Dzambhala proporcione.

 

Hoy vamos a hablar específicamente del DZAMBHALA AMARILLO

En lengua tibetana su nombre es Dzambhala Serpo. Los diferentes dibujos de este dios lo representan sentado encima de una flor de loto, el sol y el disco de la luna. Con su mano izquierda aprieta el cuello de una mangosta. Ésta escupe joyas preciosas. Dentro de su doctrina la meditación que se realiza permite a la persona abrirse ante la buena suerte, las virtudes, la longevidad, la capacidad de entendimiento y otras ventajas materiales. Él es la manifestación del Buda Ratnasambhava; el buda protector del sur. El dzambhala amarillo protegió al buda cuando su primo celoso lo ataco con rocas. Las rocas cayeron en la cabeza de ésta deidad; de allí la costumbre de ofrendar agua al dios regándola en su cabeza. Al sentir el agua correr desde la parte alta de su cabeza el dzambhala siente alivio. Éste acude al llamado de una persona siempre y cuando ella posea una mente bodhi; una mente iluminada resultado de la práctica del budismo. Su culto requiere de una meditación inicial guiada por un maestro. Cuando una persona logra una conciencia iluminada puede llamar al Dios por su nombre, él vendrá a entregarle sus bendiciones. Sí se tienen problemas con finanzas o preocupaciones graves se debe cantar su mantra para darle la bienvenida al hogar y al alma.

Su Mantra es:

OM ZAMBALA ZALEN DHRAYE SOHA

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